¡Bienvenid@!

¡Hola lector(a)! ¡Bienvenid@!

Hace un tiempo yo tenía un diario. En un inicio escribía en el mi opinión de cada día, si ocurría algo importante lo remarcaba y así me iba. Luego, con el paso del tiempo, empecé a escribir en él semanalmente... de nuevo, un resumen de diferentes aspectos redundantes en mi mente y mi opinión de la semana. Finalmente opté por cerrarlo, tras escribir en él mensualmente. Ahorita escribo alguna que otra cosa -resúmenes principalmente- cada semestre de mi vida.

Antes de comenzar este blog como tal, con comentarios acerca de la podrida sociedad mexicana y la poca cultura que abunda en la educación de los así nacionalizados, me gustaría introducir un poco mi vida, presentarme, dejar claras mis ideas, dar una introducción al blog. Quizá mi presentación y mi manera de pensar la ponga siempre visible hasta arriba luego de un tiempo, si es que noto que el blog crece de manera inversa. Claro está que, aunque me introduzca, no revelaré mis nombres a las personas a fin de conservar privacidad y anonimato, si quieres conocerme en persona, primero habrás de tratar con mi alter ego mamón, por chat o celular, principalmente.

Bueno. Empecemos.
Me considero un chico diferente a los demás, ahorita tengo 21 años y casi 6 meses, cifra en constante actualización. mi cumpleaños es el 29 de Noviembre. Me considero joven. La experiencia que tengo del mundo la obtengo por lo general de lo que platico con la gente, oigo y pienso, confieso que no he tenido muchas vivencias y que eso me deja un tanto traumado en veces; en todo caso, soy sínico, diferente, muy abierto a conocer gente interesante, preguntón y curioso, flojo, mexicano, ambicioso, inseguro (cada vez menos), leal, honesto, directo en lo que lo requiere, veraz, entre otras cosas, que quizá ustedes sen den cuenta luego.

¿Porqué decidí crear un blog en vez de seguir ese diario que menciono antes? Escribía puras tonterías, tonterías muy extensas, de cuando en cuando ofensivas que nunca serían leídas por nadie y que no me molestaba en leer luego yo tampoco.

Como todos, me chocan varias cosas, en su mayoría, costumbres modernas sin esperanza de cambiar y hábitos generales de la sociedad que observo cada vez que se me ocurre abrir la ventana o salir a respirar aire cada vez menos puro.Les advierto algo lectores: Soy ecologista y cada vez creo menos en los partidos políticos, mi tendencia es de izquierda en este momento (aquellos que quieren un cambio general), pero aunque suelo votar por el PRD cuando sube un buen candidato, pienso que el cambio está en cada uno, no en un mesías.

En este momento ya deberán haber notado que, al no creer en un mesías, tampoco creo en la religión católica y, si bien fui bautizado y obligado por una querida amiga a asistir a catecismo durante unos meses, repudio la iglesia y la mayor parte de sus enseñanzas. Digo esto para la iglesia católico-cristiana (amigos de chucho), ya que, tristemente el "mexicano" promedio es, codo, tranza, huevón, borracho, machista y eso sí, bien persinado ¡Y alabado sea nuestro señor jesucristo por eso! (Nótese que escribí con minúsculas SU nombre, tal es mi repudio por la religión que sus seguidores crearon), mencioné "iglesia católico-cristiana", si bien tienen diferentes prácticas, nombres, horas para ir a misa y cuotas, la base es la misma: un pobre tipo cuyo cuerpo fue clavado a una cruz de madera (hay quien dice que fue un palo, hay quien dice que nunca fue clavado, pues debido a su pasión por Maria Magdalena confesó ser culpable). Sin embargo, como puse en un foro hace unos días: no creo tampoco en otras religiones.

¿En qué creo? ¿No es lo que dicen, que todo el mundo tiene una fe, algo en lo que cree? Luego de pasar un año y medio en un grupo Scout de mi ciudad el cual no imponía la obligación de ir a misa de la mayor parte de grupos de niños exploradores, me di cuenta que creía en algunas cosas:
1. En una energía que mueve al mundo: el devenir. Una energía que da lugar a la repetición de sucesos en la historia y a la reencarnación de la religión hindú. Bajo esa idea, por alguna razón, confieso, deseo reencarnar en un ser no viviente: una gota de agua.
2. He creído en el amor en tres ocasiones: una, con mi primera novia; dos, con mi segunda novia; y tres, con mi familia y mi perro, el cual es puro amor. Las dos primeras ocasiones acabé por creer menos en el amor carnal producto de un instinto de reproducción y de una relación de hormonas y feromonas entre dos seres de la misma especie. Sin embargo, me niego a rechazarlo totalmente.
3. En la energía: esta creencia mía la citaré en otra entrada del blog para explicar bien como me baso para creer en esto.
4. En la mente. Incluso, deseo practicar y volverme un experto en la meditación como fuente de autocontrol, cura de enfermedades y fuente de poderes poco comunes.
5. En la naturaleza.
6. En la magia, como una reunión de deseos de una persona o ser vivo con tal de hacer lo que se le antoje, sea bueno, malo, tendencioso o altruista.
7. Tristemente, en el dinero, como fuente de energía y una herramienta que nos hace obtener la comida ya procesada, no siempre limpia (a menos, a veces, que pagues más dinero por ella), entre otras muchas cosas que puedes obtener con él. Y...
8. En mí mismo, pero sólo cuando me siento capaz de lograr algo.


Respecto a mis hábitos de ejercicio, no hago tanto ejercicio que tengo que llevar una dieta especial, ni tampoco voy al gimnasio cada dos por tres, pero si hago un deporte cada fin de semana: bicicleta de montaña.

Este deporte tan padre me ha hecho desarrollar habilidades como la capacidad de trabajar aún luego de estar bajo el sol 5 horas ó una resistencia física increíble al momento de estar en la montaña. El salir a la montaña te deja visitar lugares y pueblos que en otro medio de transporte y por medios diferentes que la práctica de senderismo y escultismo, serían imposibles de alcanzar. Asimismo, te das cuenta de la miseria en la que gente muy humilde y trabajadora vive, mucha mayor miseria que de la que quejan los habitantes de la ciudad cuando le tocan todos los altos de una avenida en el automóvil a la hora pico. En la ciudad, si no es por el ruido y la contaminación (total), vivimos muy bien (tenemos salud, comida caliente 3 o más veces por día, cama cómoda, agua entubada, relativa seguridad y tenemos acceso a una más o menos buena educación y a un trabajo).

Alguna vez anduve en automóvil, bueno, aprendí a conducir uno, pero tuve suficiente para aprender que los coches sólo sirven para 1 cosa: viajes de más de 50 kilómetros. Por otro lado, el manejar un automóvil en la ciudad no sólo es peligroso para uno y para terceros, sino que también contamina en exceso, genera ruido y, el hecho de mantener la misma postura y que lo único que puedas (y debas) mover sean los tobillos y los brazos, hace que tu estado de estrés aumente mientras tu condición física sólo baje. En este sentido, no es de sorprenderse que haya tantos "mexicanos" en la ciudad (la palabra mexicano fue definida más arriba en esta misma entrada). En otra entrada mencionaré algo respecto a la calidad de vida que tiene el mexicano promedio.

Alguno que otro lector dirá: "el mundo no cambia sólo con críticas". Para responderle, le digo que es por eso que hago bicicleta como deporte, que doy cursos de cómo separar la basura, evitar producirla, cómo ahorrar agua para no tener que hacerle caso a los anuncios de "cuida el agua" y cómo mejorar tu vida -en base a experiencias personales- de manera semanal, gratuita, amena y divertida. Si te interesa saber cómo sólo escribe una entrada o escríbeme un mensaje con algo referente a ello.

Soy estudiante de universidad. Otro tema que trataré en una de las entradas de este blog es la pobreza de la educación pública mexicana, la tendenciez de la educación privada a condicionarte y la capacidad de superarse de uno mismo.

Creo que ya acabe de presentarme. Faltarían mis gustos, pero ¿De qué sirven para darle una introducción a este blog?